domingo, 16 de junio de 2013

"Y si... y si... y si..."


     El miedo es el peor enemigo de cualquier persona.

     Es capaz de paralizarte ante cualquier situación y, por ello, te es imposible reaccionar.

     El miedo te impide, la mayoría de las veces, lanzarte al vacío y arriesgarte. Arriesgarte sin tener una red bajo tus pies que te salve de la dolorosa y aparatosa caída. Arriesgarte, sin esa seguridad, da miedo, mucho miedo, porque no sabes si aquello que vas a hacer va a salir como tú esperabas o deseabas. Y nunca lo sabrás, a no ser que lo intentes. Que lo intentes una y otra vez. Porque el miedo no puede impedirte luchar por tus sueños o por alguien a quien amas. El miedo no puede impedirte ser feliz, porque al no enfrentarte a él, no podrás responderte a la pregunta que siempre rondará tu cabeza ¿y si hubiera hecho esto? ¿Y si se lo hubiera dicho antes, qué habría pasado? Esas preguntas son el peor tormento que una persona puede tener. Te destruyen poco a poco por dentro sin que los demás se imaginen por el calvario que estás pasando.


























     El miedo tiene diferentes significados dependiendo del punto de vista en el que se plantee:

  • Desde el punto de vista biológico, el miedo es un esquema adaptativo, y constituye un mecanismo de supervivencia y de defensa, surgido para permitir al individuo responder ante situaciones adversas con rapidez y eficacia. En ese sentido, es normal y beneficioso para el individuo y para su especie.
  • Desde el punto de vista neurológico, es una forma común de organización del cerebro primario de los seres vivos, y esencialmente consiste en la activación de la amígdala, situada en el lóbulo temporal.
  • Desde el punto de vista psicológico, es un estafado afectivo, emociona, necesario para la correcta adaptación del organismo al medio, que provoca angustia y ansiedad en la persona, ya que la persona puede sentir miedo sin que parezca un motivo claro.
  • Desde el punto de vista social y cultural, el miedo puede formar parte del carácter de la persona o de la organización social. Se puede por tanto aprender a temer objetos o contextos, y también se puede aprender a no temerlos, se relaciona de manera compleja con otros sentimientos (miedo al miedo, miedo al amor, miedo a la muerte, miedo al ridículo) y guarda estrecha relación con los distintos elementos de la cultura.
  • Desde el punto de vista evolutivo, el miedo es un complemento y una extensión de la función del dolor. El miedo nos alerta de peligros que no nos han ocasionado algún dolor, sino más bien una amenaza a la salud o a la supervivencia. Del mismo modo en que el dolor aparece cuando algo nocivo ataca nuestro cuerpo el miedo aparece en medio de una situación en la que se corre peligro.
     Así que, luchad por vuestras metas, arriesgaros ante todo aquello que penséis que merece la pena. La vida son dos días como para vivirla con ese miedo y esa precaución. Para vivirla siempre haciendo lo correcto, aunque no sea lo que deseas o lo que más te gusta. Lucha por tus metas, le gusten o no a los que te rodean. Si te quieren de verdad te apoyarán ante lo que decidas.

     No dejéis que el ¿y si? os persiga toda la vida. Enfrentaros a él y vencedle. Porque aunque no queráis sufrir, la vida es dolor y es felicidad. No hay felicidad sin dolor, ni dolor sin felicidad. Ambas están unidas siempre. Hay que ser fuertes y seguir hacia delante superando las adversidades. Por lo tanto, respirad hondo, buscaos a vosotros mismos y vivir como más os guste.