viernes, 31 de julio de 2015

Amar es destruir y ser amado es ser destruido

No hace falta tener un final feliz para vivir una historia de cuento de hadas / Desireé Moya

No son pareja. Nunca lo fueron y nunca intentaron serlo. Simplemente les gustaba estar el uno con el otro, aunque no lo reconocieron. Al principio les costó darse cuenta de ello, pero conforme avanzaba el tiempo todo era más nítido. A ella le encantaban sus ojos marrones. Su boca tan perfecta. Su pelo corto. Su manera tan informal de vestir. Su sonrisa. Su olor… Pero lo que más le gustaba, por encima de cualquier otra cosa, era la manera en la que él la miraba. Esa manera tan penetrante… tan… especial.

Especial es una buena palabra para definir su (NO)relación. Porque claro, él no se comportaba igual con todas. ¡Ni mucho menos! Cada vez que estaba con ella el mundo desaparecía. No importaba que estuvieran con un grupo de amigos. Sus ojos solo buscaban encontrarse con su mirada. Y claro, a ella le encantaba que eso pasara. Le hacía sentirse diferente e importante. No necesitaba mucho más, tan solo un rato con él, una charla por Whatsapp, verle jugar al fútbol o un partido al PRO para sentirse plena.

Él, en cambio, no lo quería ver. No se daba cuenta de que lo que realmente quería era estar con ella. No separarse nunca de su lado y dormir juntos cada noche de su vida. No supo admitir que era esa pieza del puzle que le faltaba para terminar de completar su día a día. Pero sí lo sentía. Lo demostraba en cada gesto que tenía hacia ella: una sonrisa, una caricia en el momento justo, esa necesidad de que fuera a verle a los partidos, una palabra de aliento, un simple “todo saldrá bien” o esa manera en la que intentaba sacarla de quicio… Además de innumerables intentos de atropello que terminaba en risas contagiosas y momentos irrepetibles.

Irrepetible… algo que él nunca volverá a sentir por nadie más. Cuando encuentras la chispa y la complicidad con LA PERSONA adecuada no la vuelves a tener con nadie más. Porque eso solo pasa una vez en la vida y hay dos posibilidades: o lo aprovechas y te lanzas a un vacío de desconcierto, o dejas pasar el tiempo y pierdes a LA PERSONA. Esta segunda vía es la que tomó, a pesar de que todo el mundo veía que lo que tenían era especial… No acabó bien, pero lo que vivieron siempre quedará en el recuerdo ambos.

Como dice Jace Wayland en la famosa saga literaria de Cazadores de sombras“Amar es destruir y ser amado es ser destruido”. ¡Y cuánta razón tiene! A veces no hace falta que dos personas tengan una relación, ni siquiera unos besos tontos, para llegar a sentir un amor de verdad (o algo que roza esa sensación). 

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