domingo, 17 de enero de 2016

Flechazos

A veces me pregunto si existen los ‘flechazos’. Ese momento en el que ves a una persona y ya sabes que es la indicada. Cuando, con tan solo un segundo en el que vuestras miradas se cruzan sabes lo que se siente cuando tienes ese ‘flechazo’. ¿No os lo habéis preguntado nunca? Hay muchas respuestas al respecto. Están los escépticos que creen que eso son tonterías. Están los enamorados de la idea del amor que piensan que eso existe y que más de una vez les ha pasado. Y están los escépticos. Aquellos que si no lo sienten en primera persona nunca llegan a creérselo.

Los ‘flechazos’ pueden existir o no, pero lo que es innegable es que existe el amor. A veces nace lento. Tan lento que ni los mismos protagonistas son capaces de apreciarlo. Otras veces es un torbellino que destroza el castillo de naipes que había construido esa persona. En cambio hay otras que crece en una de las dos personas, sin que sea recíproco. En esta última posibilidad hay dos caminos: o lanzas ese sentimiento al vacío del olvido o haces que surja esa oportunidad que te lleve a él. Porque sí, no hay mayor verdad que la de que las ocasiones las busca siempre una de las dos partes.

Las cosas no nacen solas, y es ahí donde la gente falla. “Si le intereso ya vendrá”. “Si no me habla es porque no le importo”. “Si no hace por conocerme es que no quiere saber nada de mí” y una infinidad de típicas frases más… Pero la cuestión es: ¿y si la otra persona está en la misma posición que tú? No puedes sentarte a esperar que venga el tren, a que se pare delante de tus narices y te guíen para que no te pierdas. A veces hay que lanzarse a la oscuridad sin saber lo que pasará. Porque lo que sientes es algo que ni tú mismo entiendes, pero que sabes que es especial. Porque esa persona es la que le ha puesto el rumbo a tu vida. Porque esa persona que casi no conoces te ha hecho sentir más que ninguna otra con la que llevabas años de vivencias. Porque esa persona hace que el día más gris y lluvioso se convierta en un día soleado y con una temperatura agradable. Porque esa persona hace que te sientas como en casa… Esa persona es tu hogar… Esa persona es la indicada. No sabes el por qué. Simplemente lo sientes. Y a los sentimientos nunca se le puede quitar la razón. 

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Los caprichos de la vida

La vida a veces es una caprichosa. Sí, es esa que te pone a la persona correcta en el momento indicado, pero en otro tiempo. Dos personas que van a diferentes velocidades. Sí, un antojo de esos que son capaces de hacer añicos un corazón. De sentirte vagabundo en un mundo donde no encuentras exactamente cuál es tu lugar. Porque tu lugar está en los brazos de esa persona. Unos brazos capaces de sostenerte en los días lluviosos donde tus ojos vaticinan la tormenta que se va a producir en unos instantes. Pero ahí llegan esas manos. Unas manos que frenan la primera lágrima e impide que caigan más. Y una boca. Esa boca que te da un beso lento. Suave. Dulce. Un beso que detiene el tiempo. Un beso que hace que olvides cada tristeza. Cada llanto. Cada preocupación.

El destino a veces es muy cruel. Te pone el caramelo delante de tus narices para quitártelo justo antes de que puedas saborearlo con detenimiento. Porque llega un momento en el que despierta de tu sueño. Un sueño en el que eres feliz a su lado. Escuchar su risa. Mirarle a los ojos. Saber que es feliz por ti, pero aun así sabes que no quiere lo mismo que tú. Tú quieres amanecer cada mañana a su lado. Despertarle con caricias en la espalda. Empezar una guerra de almohadas. Y terminar en una mañana de pasión desenfrenada. Pero no. Eso solo lo sabes tú. No quieres compartirlo por miedo a perder. ¿Pero no has perdido ya? Dicen que quien no arriesga no gana, pero quien no arriesga tampoco pierde. Aunque no se puede perder algo que nunca se ha tenido, ¿no?

Toca declararle la guerra a los caprichos de la vida y del destino. Enfundarte tu sonrisa por armadura y demostrar lo que vales. Porque si no se da cuenta de lo que tiene delante de sus narices entonces significa que no es la persona indicada. La vida es muy corta como para no ser feliz. No hay tiempo para detenerse. Hay que atarse los zapatos, levantar la cabeza y caminar hacia la felicidad. Pues esta es la única meta a la que de verdad puedes alcanzar por ti misma. Los sueños, tarde o temprano, se cumplirán. Pero solo tú los disfrutarás al 100% sin falsedades. Sin doble rasero. Sin reproches. Pues polvo somos y en polvo nos convertiremos.

jueves, 17 de septiembre de 2015

'Vuelves' - Rozalen

    "Vuelves. Tan inesperadamente siempre vuelves. Pero como había esperado, vuelves. Cuando te creí olvidado siempre vuelves. Vuelves siempre"

    Inauguro esta sección con este temazo de Rozalen. No sé si a vosotros os transmitirá lo mismo que a mí... pero es una canción que me ha llegado al corazón y quería compartirla.

    PD: Cada jueves habrá una nueva canción en el blog. ¡Espero que os guste!

viernes, 31 de julio de 2015

Amar es destruir y ser amado es ser destruido

No hace falta tener un final feliz para vivir una historia de cuento de hadas / Desireé Moya

No son pareja. Nunca lo fueron y nunca intentaron serlo. Simplemente les gustaba estar el uno con el otro, aunque no lo reconocieron. Al principio les costó darse cuenta de ello, pero conforme avanzaba el tiempo todo era más nítido. A ella le encantaban sus ojos marrones. Su boca tan perfecta. Su pelo corto. Su manera tan informal de vestir. Su sonrisa. Su olor… Pero lo que más le gustaba, por encima de cualquier otra cosa, era la manera en la que él la miraba. Esa manera tan penetrante… tan… especial.

Especial es una buena palabra para definir su (NO)relación. Porque claro, él no se comportaba igual con todas. ¡Ni mucho menos! Cada vez que estaba con ella el mundo desaparecía. No importaba que estuvieran con un grupo de amigos. Sus ojos solo buscaban encontrarse con su mirada. Y claro, a ella le encantaba que eso pasara. Le hacía sentirse diferente e importante. No necesitaba mucho más, tan solo un rato con él, una charla por Whatsapp, verle jugar al fútbol o un partido al PRO para sentirse plena.

Él, en cambio, no lo quería ver. No se daba cuenta de que lo que realmente quería era estar con ella. No separarse nunca de su lado y dormir juntos cada noche de su vida. No supo admitir que era esa pieza del puzle que le faltaba para terminar de completar su día a día. Pero sí lo sentía. Lo demostraba en cada gesto que tenía hacia ella: una sonrisa, una caricia en el momento justo, esa necesidad de que fuera a verle a los partidos, una palabra de aliento, un simple “todo saldrá bien” o esa manera en la que intentaba sacarla de quicio… Además de innumerables intentos de atropello que terminaba en risas contagiosas y momentos irrepetibles.

Irrepetible… algo que él nunca volverá a sentir por nadie más. Cuando encuentras la chispa y la complicidad con LA PERSONA adecuada no la vuelves a tener con nadie más. Porque eso solo pasa una vez en la vida y hay dos posibilidades: o lo aprovechas y te lanzas a un vacío de desconcierto, o dejas pasar el tiempo y pierdes a LA PERSONA. Esta segunda vía es la que tomó, a pesar de que todo el mundo veía que lo que tenían era especial… No acabó bien, pero lo que vivieron siempre quedará en el recuerdo ambos.

Como dice Jace Wayland en la famosa saga literaria de Cazadores de sombras“Amar es destruir y ser amado es ser destruido”. ¡Y cuánta razón tiene! A veces no hace falta que dos personas tengan una relación, ni siquiera unos besos tontos, para llegar a sentir un amor de verdad (o algo que roza esa sensación). 

sábado, 11 de julio de 2015

Recuerdos imborrables de un 11 de julio del 2010

Recuerdos. Recuerdos que trasladan a aquel 11 de julio del 2010. Recuerdos de nervios, ganas, ilusión, emoción, miedo y esperanza. Recuerdos de una España volcada con su Selección. Recuerdos de la marea roja, de ese rojo furia que caracteriza a España. Recuerdos que provocan un escalofrío por todo tu ser. Recuerdos imborrables y que no tienen precio.

Sudáfrica siempre va a ser uno de los lugares que se recuerden con más cariño entre los españoles. Johannesburgo todavía más. Ese estadio repleto donde el rojo y el naranja bañaban sus gradas. España contra Holanda, solo podía ganar una. El fútbol es muy poco agradecido, ambas sabían que a la derrotada se la olvidaría. Se olvidaría sus proezas, su fútbol, su victoria por alcanzar algo que pocas selecciones consiguen: llegar a una final de un Mundial.

El inicio
Ambas llegaron doblegando a todos sus rivales. España tuvo un comienzo difícil a causa de la derrota por 0-1 que sufrió frente a Suiza. Ninguna selección en la historia de los mundiales había conseguido el título después de perder el primer partido. Pero en el fútbol ya se sabe: las estadísticas están para romperlas y eso es lo que hizo La Roja. A partir de aquí todo fueron victorias y creando un buen juego.
El partido frente a Chile era a vida o muerte. Tras conseguir una victoria contra Honduras por 2-0 tan solo valía ganar para pasar a los octavos de final. Y así fue. España se creció después de las críticas que recibió por su ‘vergonzosa’ derrota en el primer encuentro. Resurgió de sus cenizas y enamoró a toda la afición con su pletórico juego. Villa e Iniesta se encargaron de que la selección llegara al descanso con un 0-2 favorable en el marcador. Pero Chile es una selección dura a la que no es fácil ganar. Lo demostró nada más comenzar la segunda parte, pues en el minuto 47 Millar anotó un 1-2 que ponía contra las cuerdas a La Roja. Este es el último partido en el que Iker Casillas sacaba un balón de las redes de España.

La presión los hace fuertes
A pesar del nerviosismo fueron capaces de controlar la ansiedad y cerrar el pase a los octavos de final con buenas sensaciones. Allí se enfrentaron a la Portugal de Cristiano Ronaldo, Coentrão, Bruno Alves o Hugo Almeida. Fue un partido controlado por España, quien salió mostrando sus intenciones de hacerse con la victoria. En los primeros 6 minutos ya tuvo 3 ocasiones de gol (2 de David Villa y otra de Fernando Torres). A pesar de esta superioridad no lograban plasmarla en el marcador. No fue hasta el minuto 63 cuando El Guaje mandó el Jabulani a la red gracias a un pase de Iniesta. Se trató del primer gol que recibió Portugal en todo el campeonato. Un gol que les condenó a la eliminación.

España lograba el billete a los cuartos de final. Ilusión, esperanza y ganas, estas son las sensaciones que recorrían los cuerpos de los futbolistas españoles. ¿El rival? Paraguay. Como venía siendo habitual también se sufrió, y mucho. Hasta el minuto 83 España estuvo con el alma en vilo, pegado a la pantalla de sus televisores con la confianza de que les darían una alegría: el pase a las semifinales. El partido fue duro y complicado. España no encontraba su juego, mientras que Paraguay acechaba la portería de Casillas. La primera ocasión hispana no llegó hasta el minuto 28. Xavi lanzó un potente disparo que salió desviado. Y así finalizó la primera parte: con Paraguay controlando muy bien a España.

La segunda parte fue todo lo contrario. Se convirtió en un partido de esos que odian los entrenadores: un partido loco. El árbitro pitó un penalti a favor de Paraguay por un agarrón de Piqué a Cardozo en el minuto 55. El delantero se encargó de su lanzamiento, mientras que Iker Casillas se convertía en el salvador y protector de la portería. El de Móstoles adivinó la trayectoria y detuvo el penalti. La locura estaba garantizada. La siguiente jugada lo corroboraba, pues en un contragolpe de España se pitó otro penalti. Alcaraz derribó a David Villa dentro del área y el árbitro no dudó en señalar la pena máxima. Xabi Alonso era el escogido para anotar, y así fue, aunque varios jugadores invadieron el área forzando la repetición. Una repetición que falló, pues el Justo Villar también detuvo el penalti español.
 
A partir de aquí el partido se revolucionó e Iniesta creó la jugada de la victoria después de irse de 3 jugadores Paraguayos. De nuevo El Guaje se encargó de dar la victoria a España después de que Pedro disparara y el esférico rebotara en el poste. Pero esto no era coser y cantar, también hubo tensión hasta que el Jabulani decidió entrar. La pelota rebotó en el poste derecho, luego en el izquierdo y ya se durmió en las redes. Al final del partido Casillas volvió a convertirse en el héroe cuando atajó al final del encuentro una doble jugada de los paraguayos de manera sensacional. España llegaba a las semifinales.

El clímax del fútbol
Otra vez Alemania en el camino español. El destino quiso que se volvieran a enfrentar los finalistas de la Eurocopa del 2010. La Roja estaba demostrando partido a partido su papel como favorita en este mundial. Este encuentro lo dominó de principio a fin España. Con buen juego, posesión del balón y calidad en sus jugadas lograron el pase a la final. Hasta el minuto 73 no se plasmó en el marcador la superioridad hispana. El tiburón español, Carles Puyol, fue el encargado de volar más que nadie y de cabecear el córner sacado por Xavi Hernández. La locura cubrió toda España que no podía creerse que se llegara a la final y de esta manera tan espectacular. Por primera vez en la historia de los Mundiales, España llegaba a la final.

Después de 4 días de espera llegó el día que todos los españoles recordarán: 11 de julio de 2010. Un estadio: Soccer City. Una hora: 20:30. Un rival: Holanda. Una alineación: Iker Casillas;  Sergio Ramos, Carles Puyol, Gerard Piqué, Joan Capdevila; Sergio Busquets, Xabi Alonso, Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Pedro; y David Villa. Todo estaba preparado para lograr la gloria eterna. Una oportunidad única que no se podía dejar escapar. A la hora dicha Howard Webb pitó el inicio del fin.

El partido de nuevo comenzó con la superioridad española, quien demostraba su  claridad y su propio estilo de juego. Por el contrario, los holandeses mostraban su forma combativa y luchadores. La primera ocasión llegó del lado rojo gracias a un cabezazo de Sergio Ramos que detuvo Stekelenburg. Poco a poco Holanda iba nivelando las ocasiones recurriendo a los centros y disparos de media distancia. La primera jugada con peligro de los tulipanes llegó en las botas de Arjen Robben. Un disparo bajo y esquinado que Casillas mandó a córner. Con un 0-0 se llegó al descanso.

En la segunda mitad España volvió a demostrar su autoridad controlando la posesión del esférico, mientras que Holanda esperaba en su campo apostando por los contragolpes para anotar el gol de la victoria. De esta forma llegó la ocasión más peligrosa: en el minuto 62 Robben tiene un mano a mano con Casillas. Todo apuntaba a que Holanda iba a adelantarse en el marcador, pero El Santo tenía preparada otra de sus paradas imposibles. Con su pie derecho desvió lo justo el balón para que no entrara en la portería. España estaba con los nervios a flor de piel y Casillas se alzó como héroe nacional.

España también creó ocasiones, pero ninguna acabó en la red. El partido agonizaba y la prórroga no pudo evitarla ninguna de las dos selecciones. Pero al fin llegó. Llegó ese ansiado gol soñado por todos. Todos los jugadores desearían anotar el gol que le dé un Mundial a su selección, y en este caso fue Andrés Iniesta el que lo logró. Después de una gran jugada de Jesús Navas, el balón le llega a Cesc Fábregas quien ve a Iniesta a su derecha y le pasa el balón. En ese momento el tiempo se para y todo transcurre muy despacio. El de Fuentealbilla recibe el Jabulani y dispara poniendo toda su alma en ello. Poco a poco llega a la red y estalla la locura. El minuto 116 no lo olvidará nadie. Es el minuto del ¡INIESTA DE MI VIDA! El momento de alcanzar la cima del fútbol. El momento de la recogida de tantos años de sufrimiento y de esperanza. El momento de los campeones del mundo.


Sí, España campeona del mundo. Nadie apostaba por esto pero se consiguió. España entraba en la historia de los Mundiales a lo grande y escribió su nombre a fuego para que nadie lo olvidara. El buen fútbol, el juego limpio y unos jugadores espectaculares fueron la receta del éxito. Una receta que han tratado de imitar, pero que nadie ha logrado alcanzar.

viernes, 3 de julio de 2015

Nuevo mundo

El olor a chocolate caliente te despierta de ese magnífico sueño que estabas teniendo. Abres los ojos, y ves que no está a tu lado. Te asustas. Sientes miedo a que se haya ido sin ni siquiera despedirse de ti. Entonces se abre la puerta y ahí está él con esa sonrisa que te enamoró. Esa dulce expresión que desearías que permaneciera para siempre en su rostro. Quieres que sea feliz.

Bueno, él y su bandeja con churros y chocolate y una rosa. Estás a dieta, sí, y él lo sabe, pero le encantas tal y como eres. Te mima y te consiente. No deja que te prives de los pequeños placeres de la vida. Sobre todo un sábado temprano que no tienes que ir a trabajar. Esos pequeños detalles y esos “buenos días pequeña, ¿has dormido bien?” con el respectivo beso de después, son una gran manera de despertar. Sí, definitivamente la mejor manera de despertar.

Y así pasan las horas entre risas, besos, caricias y un chocolate que se enfría poco a poco. Pero ese frío no lo notan, no tienen tiempo para eso. Se entretienen volviendo a explorar sus cuerpos centímetro a centímetro. Lunar a lunar. Beso a beso. Una mañana que amaneció tranquila se convierte en todo un terremoto de sensaciones que nunca habían sentido con otras personas. Esa dulce conexión casi imposible de encontrar.

Una vez han saciado sus ganas del otro por el momento dedican el día a conocerse más en profundidad. Esa persona que era una total desconocida para ti se ha llegado a convertir en lo más importante de tu vida. El destino es muy caprichoso y suele ponerla delante de tus narices pero no sueles darte cuenta porque estás perdiendo el tiempo con un imposible o  con algo que no va a llegar a ningún buen puerto.


Estos son los momentos más difíciles que tuvo: decir adiós a algo que se quiere, pero que no tiene futuro y abrazar el presente. Un presente que le deparó mucha más felicidad que ese pasado ‘amado’ pero inútil. Es algo que pocas personas se atreven a afrontar. Ellos lo hicieron y continúan felices en su propio mundo. Un mundo que han creado por y para ellos, donde no tienen cabida terceras personas ni intrusos. Un mundo llamado amor.

domingo, 26 de abril de 2015

Cuando ocurre, lo sabes

    Hay un momento en la vida de todo el mundo en el que aparece esa persona que hace que el suelo se abra bajo tus pies. No sabes cómo. No sabes cuándo. No sabes quién es. Solo lo sientes. Sentirlo es lo más importante. Puedes estar cómodo con una persona, pero si no te hace remover los sentimientos no sirve de nada... Notar esos nervios en el estómago cuando le ves llegar con ese polo que te encanta, esos vaqueros que le quedan tan bien y ese pelo medio desgarbado que tan sexy le hace. 

    ¿Y la mirada? Dicen que la mirada es el espejo del alma. La suya debe de ser de las más bonitas. Esa profundidad, esas ganas, esa manera de mantenerla los instantes exactos para hacer que el mundo se vuelva del revés... Al igual que la sonrisa. Una sonrisa bonita puede hacer que vueles a otro mundo. Un mundo que pensabas que nunca ibas a encontrar, pero que al fin llegó.

    Además... ¿Qué me decís de la barbita de tres días? Eso nos vuelve locas a todas... Ese toque de interesante, maduro, sexy y, sobre todo, de hombre. Un hombre que debería ser real y alcanzable. Hay sentimientos que no se pueden controlar, por mucho que se desee. Si se pudiera ponerle un candado al corazón para que dejara de latir por la persona equivocada, para dejar de sufrir... Las cosas serían de otra manera, pero lo malo es que no se puede. No se puede poner el freno de mano a aquello que empieza a nacer. Es como intentar ponerle una cortina al sol para que no entre la luz en la Tierra.

    El amor es una de las cosas más complejas que hay en la vida. Le quieres y no te quiere... Te quiere y no le quieres... Os queréis pero no podéis estar juntos... Hay veces en las que me preguntó si el destino es tan caprichoso como pienso. Principalmente cuando hace que te encuentres en tu camino a todas esas personas que no son la 'indicada'. ¿Para qué lo hace? Para que aprendas de los errores. Para que cuando llegue, sepas cómo comportarte. Cómo cuidarla. Cómo sentir... Pero, sobre todo, para que sepas quién es. Porque a veces la has descubierto, aunque no tengas la oportunidad de conocerla. La ves a diario en el trabajo, en la universidad, en el autobús, por la ciudad. Pero no le has hablado y, por supuesto, no te ha hablado. Miedo. Miedo a hacer el ridículo. Miedo a que todo lo que crees de esa persona sea verdad y te vayas enamorando. Miedo a sufrir... Miedo. Miedo. Y más miedo...

    Son pocas las personas que encuentran a la 'indicada'. Puedes no hablar mucho con alguien. A penas verla. Casi no conocerla... Pero hay sentimientos que son indomables, y este es uno de ellos. No puedes controlar por quién sentir y por quién no. No puedes controlar lo que los demás sientes. Y, sobre todo, no puedes controlar el tiempo. Ese que se encarga de poner todo en su lugar... Porque, al fin y al cabo, el tiempo es el único que sabe lo que va a pasar. Lo que vas a sentir. Y de quién te vas a enamorar... Es algo mágico, pero que te acojona. Los sentimientos son el mayor poder que tiene el ser humano. Capaces de hacerte feliz y de llevarte a la más profunda oscuridad, pese a estar rodeada de luz. Esa es la peor sensación. Aun así, siempre es mejor arriesgarse a sufrir. Es la única manera de saber si funcionará o no. Quedarse con la duda es el peor de los males. En definitiva... Cuando llega la persona 'indicada'... lo sabes desde el primer momento. Por mucho que intentes negarlo. Por mucho que intentes camuflarlo. Siempre saldrá a relucir. El corazón es la mayor arma, y el amor es una batalla diaria... ¿Quieres venir a la guerra conmigo?